Número 18

45 y empolla los huevos, estos son depositados en el interior de una canasta o guaje. Anteriormente la “totola”, simplemente se echaba en algún lugar del patio, para empollar El tiempo de vida de un guajolote es de dos años, por lo que es común que se sacrifique cuan - do tiene un año de edad. Entre marzo y abril se espera que la Totola se “eche la culeca” y empolle; por lo que para mayo, los “pipilitos” nacerán. Para la temporada de lluvia, se “desarrollan sanos” y en el invierno, alcanzan su madurez, por lo que son comidos u ofrendados. Para que se “eche la totola”, se busca un espa - cio donde no se moje con las lluvias. De preferencia se le ubica en una esquina de la casa; pero algunos lo hacen abajo del altar. Se les acomoda en huacales que han dejado de utilizarse y se rellena con tanka - pas verde (una hierba de helecho que no tenga es - pinas para que se proteja del frio de la tierra y no se lastime el ave). También se puede utilizar unas hojas grandes secas de yakoba (un árbol que da ho - jas muy grandes). Una vez que la totola empolla los huevos, se se - leccionan los “pintos para que salga”; es decir que cada uno de los huevos es contrastado con la luz de una lámpara o los rayos del sol “Lo que no sirve se ve todo negro, se empieza a pudrir, y lo que se va desa - rrollando se ve todo rojo”. Mientras la pipila está culeca y empolla los hue - vos, salé cada tercer día a comer y a tomar agua. Pasados de 28 a 30 días, los“xa laktinta chuvila” (pequeños totolas ) nacen y empiezan a salir al pa - tio, por lo que se le da de comer quelite hervido y hoja de campana (floripondío). Posteriormente se les alimenta con alimento para gallinas que se revuel - ve con masa. Conforme pasan los días se les pone nixtamal martajado (quebrado solo a la mitad) cabe mencionar que a algunas aves se les dan de comer de manera individual. En estos casos, las mujeres suelen alzarles el cuello, para ponerle bolitas de masa en el pico y pequeñas gotitas de agua. Conforme va transcurriendo el tiempo, se em - pieza a distinguir si va a ser totola o guajolote, ya que a la primera no le crecen tan rápido las patas. El color de su plumaje varía entre negro, gris, blanco y café. Cuando los totolitos crecen, salen del huacal que le sirve como nido. En el patio del hogar, empiezan a comer maíz y hierbas. No rebasan una área de 50 metros a la redonda, ya que suelen buscar lugares donde haya tierra suelta, con polvo “yankoy pach kol nak pokchni tiyat” (van a nadar en polvo). En estos espacios las mujeres del hogar cuida que los perros, comadrejas o algún gavilán, no ame - nacen a los pequeños totolitos. Es importante se - ñalar que cuando la totola ve las sombras de un gavilán, emite un graznido especial, lo que permite a los pequeños totolitos esconderse de bajo los ar - bustos; pero aun así, el gavilán suele atrapar a una o dos crías de una camada. Las personas que viven en las orillas de la comu - nidad tiene ventajas en la crianza de sus guajolotes, ya que está cerca de los potreros, por lo que no hay riesgo de que perjudiquen la milpa y cuentan con mayores espacios para que éstos puedan andar, pero donde es monte hay comadrejas que se pueden lle - var a los pequeños. Hay otros peligros que sufren estas pequeñas aves, ya que cuando empiezan a buscar lombrices de tierra, se les puede “quedarse atravesado en el cuello y esto les produce una enfermedad, como si tuvieran hipo y no los deja comer”. Para curarlos, le quitan a los guajolotes más viejos, algunas plumas, posteriormente las puntas se introducen al pico de la pequeña ave. Acto seguido se le da vueltas a la plu -

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