Número 18

20 Paramilitarismo y contrainsurgencia en México, una historia necesaria Gilberto López y Rivas L os grupos paramilitares tienen ya una existencia de más de cuarenta años en nuestro país. Durante esos cuatro decenios, los paramilitares han estado dedicados al aniquilamiento de las organizaciones guerrilleras, y al acoso violento de movimientos es - tudiantiles y populares. El paramilitarismo está reconocido en el léxico mi - litar de todos los ejércitos del mundo, incluido el mexi - cano. El general brigadier retirado Leopoldo Martínez Caraza, en su libro Léxico histórico militar 1 , publica- do por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), señala: “Paramilitar: que tiene organización con pro - cedimientos semejantes a los militares, sin tener este carácter” . La definición ayuda, pero es vaga y comple - tamente insuficiente. No aclara cómo se llega a tener esa semejanza con las fuerzas armadas en la organiza - ción, o los procedimientos militares. John Quick es más preciso. Define a los paramili - tares como: “aquellos grupos que son distintos de las fuerzas armadas regulares de cualquier país o Estado pero que observan la misma organización, equipo, entrenamiento o misión que las primeras.” 2 Esta es una aproximación mayor: tanto militares como para - militares tienen la misma organización, entrenamien - to y misión. Sin embargo, se mantiene vago el origen 1 Leopoldo Martínez Caraza,������������������������������ Léxico histórico militar. Bi- blioteca del oficial mexicano. Secretaria de la Defensa Na- cional, México, 1993. 2  John Quick. Dictionary of weapons and military terms . McGraw Hill. Estados Unidos, 1973. de la organización paramilitar. ¿Cómo se alcanzó esa organización? ¿Por qué tiene el militar profesional y el paramilitar la misma misión? ¿Quién le otorga a este último la misma misión? En todo caso, los grupos paramilitares actúan por una delegación del poder del Estado y colaboran a los fines de éste, pero sin formar parte propiamen - te de la “administración pública”. Así lo paramilitar no se define sólo por similitud de misiones u organi - zación, sino porque se origina en una delegación de la fuerza punitiva del Estado. En México, esta delegación de funciones ha pro - venido directamente del ejército, de los cuerpos de inteligencia-seguridad, o de la combinación de ambos, pero usualmente bajo las órdenes del Poder Ejecutivo, en su calidad de jefe supremo de las fuerzas armadas, y siempre como delegación directa del Estado. “Los halcones”, uno de los primero grupos para - militares, se creó por iniciativa de oficiales del ejér - cito, aunque bajo la administración del entonces De - partamento del Distrito Federal. Sus integrantes eran jóvenes pandilleros con entrenamiento y jefatura mi - litar, dedicados al control, infiltración y destrucción del movimiento estudiantil, así como de cualquier foco de guerrilla que pudiera salir de las filas de éste. Está plenamente documentado que este grupo fue creado por un coronel del ejército mexicano cuyos servicios fueron premiados después con la impuni - dad y el ascenso militar.  ������������������������������������������������ Gustavo Castillo García dio información detalla - da en el periódico La Jornada, en el 2008, sobre el

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