Número 13

37 denunciar al régimen entreguista y pro-norteameri - cano de Juan Vicente Gómez. A partir de 1927, los exiliados de izquierda habían optado por abocarse a los quehaceres conspirativos y propagandísticos del recién constituido Partido de la Revolución Venezo - lana. Las redes antigomecistas del exilio venezolano convirtieron en cajas de resonancia a cuatro ciuda - des: la Ciudad de México, La Habana, Nueva York y San Juan. Lo que no quiere decir que los ecos de sus protestas no se difundieran en otras ciudades lati - noamericanas o europeas. Carlos León, Salvador de la Plaza, Carlos Aponte y los hermanos Machado, ju - garon un rol de primer orden en la construcción de estas redes y sus proyectos revolucionarios. 19 El prisma orientalista y la esquiva clave de autoctonía Entre los intelectuales latinoamericanos de izquierda estaba en proceso de construcción y debate las lec - turas sobre el continente con tendencial carga iden - titaria. En el imaginario intelectual esa búsqueda fue presidida por la gravitación del prisma orientalista desde el que se debatían los procesos revoluciona - rios y las luchas antiimperialistas en los continentes periféricos, incluyendo el nuestro. Este prisma podía asumir una vertiente espiritualista y/o reacciona - ria o una de corte anticolonialista y revolucionaria. Alejandro Sux frente a la primera vertiente ideoló - gica que atraía a un sector de la intelectualidad lati - noamericana, reaccionó reivindicando el valor de la imaginación occidental activa frente a las quietistas fantasías orientalistas, en la misma dirección que Paul Le Cour y Mássimo Bontempelli. Sux escribió una advertencia al lado de Le Cour frente a lo que consideraba una desviación occidental a favor de la atención vía los juegos del atletismo de moda. Creía que el futuro de las nuevas generaciones no podía estar en el culto de la atención y del juego deportivo, sino de la imaginación y la creatividad. Por último, el 19 Melgar Bao, Ricardo, “El Exilio venezolano en México”, Memoria (México), Nº 110, Abril de 1998, pp.37-45. capital simbólico latino que Sux reivindicaba para la UCSAYA fue dotado de occidentalismo. Así concluyó: “Mi alma latina se regocija ante las perspectivas que se abren anchurosamente gracias a esta no - ble cruzada en pro del resurgimieno del presti - gio de la imaginación occidental ”. 20 En cambio, Sux y la dirigencia de la UCSAYA fueron más abiertos a las ideas revolucionarias que abrevaban de las experiencias anticolonialistas en la India bajo el liderazgo de Gandhi y del Kuomintang fundado por Sut Yat Sen en China. El dinamismo an - 20 Sux, Alejandro, “La Batalla de las ideas”, La Batalla (Mé- xico) Nº 3, 21/5/1927, p. 3.

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