Número 13
26 El monumento a la impunidad de Calderón Perla Jaimes Navarro L a preservación de la memoria, ha sido una necesi - dad para la humanidad a lo largo de su historia. El afán por recordar, por tener presente aquellas cosas que no deben ser olvidadas, ha obligado a la apari - ción de diversos métodos para preservar la memoria colectiva, todos ellos con el afán de no olvidar. Los monumentos, que forman parte cotidiana del paisaje urbano en todas las ciudades, tradicionalmente con - memoran acontecimientos relevantes de un país o una localidad, o simplemente evocan el recuerdo de algún personaje significativo, contribuyen a la inte - gración con el entorno local. Sin embargo, hay otro tipo de monumentos que nos recuerdan los errores y tragedias que han rodeado la existencia humana, aquellos que recuerdan por ejemplo a víctimas de genocidios, como es el caso de los que conmemoran el Holo - causto judío durante la Segunda Guerra Mundial en varias ciudades europeas, o a las víctimas de atentados como el del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, o el 11 de marzo de 2004 en Ma - drid. En América Latina, destacan aquellos en ho - nor a los desaparecidos durante las dictaduras, como la chilena o la argentina. Los memoriales, o monumentos a la memoria, son un recurso cada vez más común en aras de preservar la memoria histórica. Para el ser huma - no es peligroso olvidar, porque si lo hace, corre el riesgo de repetir los errores cometidos. Este tipo de monumentos, que tradicionalmente se constru - yen al margen de los gobiernos oficiales, porque representan el largo brazo de la autoridad, su im - punidad e inutilidad para resolver los problemas de la ciudadanía, pero también su responsabilidad en tales hechos, significan para la sociedad y las familias un lazo de comunicación con las víctimas. Muchas de las cuales, reportadas solamente como “desaparecidas”. Nos parece preciso aclarar que no es lo mismo un monumento que un memorial. De acuerdo a la Academia de la Lengua, existe una diferencia básica entre ambos términos: “monumento” refiere a una mera construcción de valor artístico que tiene como propósito básico la conmemoración de un evento y/o personajes relvantes, mientras que el memorial tiene un sentido aun más amplio, porque tiene im - plícita la preservación de la memoria, de recordar a aquellos que han caído abatidos, y se da constancia de estos hechos, con el propósito de que no sean olvidados. Estos se construyen expresamente para recordar a las víctimas de hechos violentos, como guerras o genocidios. El memorial de víctimas mexicano En 2011, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dig - nidad, solicitó la construcción en las inmediaciones del Castillo de Chapultepec de un memorial que re - cordara a las víctimas de la violencia en México. El propósito, más que erigir un monumento, era res - catarlas de la frialdad de las estadísticas, dándoles nombre y apellido, más allá del número que ocupan en la larga lista de fallecidos, y recordar a las futuras generaciones que “esta atrocidad no debe volver a
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=