Número 13

19 Viñeta de Andrés Rábago “El Roto” (elroto.elpais@gmail.com ) La exclusión, por ejemplo, es una condición de riesgo genérico que engendra riesgos específicos; ante la existencia de esas condiciones genéricas de riesgo, la manera de no arriesgar la imagen de una epidemiología o de una salud pública “objeti - va”, o de una dependencia sanitaria gubernamen - tal, es soslayar las fuentes, distraer la mirada de esa realidad estructural, culpabilizando al individuo que se enferma, accidenta o muere por irrespon - sable, por negligente. Claro, esa irresponsabilidad y negligencia pueden perfectamente existir, pero el enfoque que las destaca y subraya, banaliza las condiciones productoras de riesgo, a pesar de que a menudo contamos con información técnica deta - llada al respecto. Los niños que no llegan a su pri - mer cumpleaños, las mujeres muertas en el parto, por ejemplo, provienen en su gran mayoría de unos grupos sociales determinados, y no de otros, y eso se soslaya sistemáticamente: se ha naturalizado. No hay nada nuevo. La desigualdad es otra condición de riesgo gené - rico productor de riesgos específicos. Las cifras son elocuentes: la morbimortalidad evitable se ensaña con los pueblos originarios, las clases subalternas, los seres humanos desechables , aquellos que no tienen en los hechos estatuto real de ciudadanos. La falta de democracia participativa es en sí una condición de riesgo genérico. Todo ello corresponde al campo de los escenarios, de los horizontes de riesgo . Ejemplo peculiar de lo anterior es el de céle - bre “seguro popular”. El planteamiento fundamen - tal del acceso universal a los servicios se hizo a un lado para colocar en su lugar un sistema donde el riesgo se maneja como una ocurrencia , pero no en el sentido de que puede “ocurrir” un evento deter - minado, sino en el sentido de tomar al riesgo de manera banal y descontextualizada o meramente antojadiza de parte de alguien. Ocúrrasele a usted contar con un “seguro popular” pero a su vez ocú-

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