Número 9

4 hablar del trabajo digno, de sus derechos y futuro asume tonos inquietantes y subversivos. En estos tiempos en que el capital en su fase transnacional, legitima a través de los medios, su derecho a ofertar empleo precario a los trabajadores como si fuese un don, un acto filantrópico el que ellos laboren sin es - tabilidad laboral, con salarios deprimidos y jornadas sin horarios definidos. El Grupo de los 20 conformado en 1999 aglutina a 19 países, más la Unión Europea, representados por los grupos de poder: banqueros, burócratas financieros y políticos neoliberales en el gobierno. Posee dos bloques: : el primero, integrado por ocho de los países más industrializados –Alema - nia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón Reino, Unido y Rusia– (G-8), más once países consi - derados de segundo nivel. En realidad, los pesos diferenciales que existen entre ellos permitiría hablar de tres niveles: La Repu - blica Popular China, India, Corea del Sur, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Argentina, Australia, Arabia Saudi - ta, Turquía y México. La comparación del poderío económico, militar y diplomático de China frente a México habla por sí sola. El grupo de los 20 reconoció que necesita 21 mi - llones de empleos para retornar a los niveles de ocu - pación previos a 2008, imposibles de alcanzar con una tasa anémica del 1.5 por ciento, por debajo de su tasa de crecimiento demográfico, lo que agravará el pro - blema en el corto plazo. Alemania tiene una tasa de natalidad, una décima por debajo de la tasa anual de empleo. México tiene una tasa de desocupación anual del 5 por ciento, aunque todo indica que está algo ma - quillada por el gobierno panista. Las estadísticas del INEGI son parcialmente confiables. Las estadísticas forman parte desde fines del siglo XIX de la retórica del poder. La magia de los números no es ajena a los usos de la prestidigitación política oficial en México y el mundo. El valor simbólico de los números en el ima - ginario social está asociado a la modernidad, a los sa - beres académicos y a sus diferenciados usos públicos. En los once países del Grupo de los 20, sus pro - pios voceros han confirmado la existencia de una tasa de promedio de empleo informal y precario del orden del 45 por ciento, lo cual es dramático. La ex - pansión de la llamada economía informal oculta el hecho de la precarización del trabajo, la pérdida de derechos, la voracidad del capital amparado por el neoliberalismo. Entre los trabajadores precarios el sindicato no aparece positivamente como vía de re - sistencia legítima y viable, suscita temores y descon - fianzas y ellos multiplican su indefensión. El temor a la sindicalización se ha expandido y ha contribuido a ello no solo la ofensiva del capital, la política de estado, sino también la incapacidad de las corrientes sindicales de izquierda para renovarse. En Chile, tras la caída de la dictadura, la sindi - calización se reactivó hasta el año de 1992 en que se inicia su fase de reflujo. En 2009, los trabajadores afiliados a sindicatos activos fue de 13,6 por ciento pero menos de la mitad apuestan a la negociación colectiva. La mitad de las empresas con sindicatos presentan reclamos por prácticas antisindicales, mu - chas veces amparados por funcionarios estatales del trabajo, venales o negligentes. En México, hacia 2008, solo 16.9 millones de tra - bajadores tenía seguridad social, es decir, poco más de un tercio de la masa laboral registrada. En el año 2000 estaban registrados sindicalmente 4.7 millones, es de - cir un 9. 8 por ciento de los trabajadores, expresan - do un descenso porcentual con respecto a la década anterior que registró un 13.6 por ciento. La tasa que bordea el 10 por ciento de sindicalizados se ha mante - nido casi estacionaria según un reporte del año 2008. Sin embargo, los sindicatos blancos y corporativos, han renunciado a la negociación colectiva, más allá de la coreografía formal, concediendo mayores atri - buciones a los empleadores. Este primero de mayo, el drama de los trabajadores despedidos del SME sigue pesando como plomo en el imaginario de los traba- jadores, tanto como los despedidos del sindicato de Mexicana de Aviación. En torno a estos tópicos, y la necesidad imperiosa de retomar la lucha sindical, el texto de Ricardo Melgar hace una reflexión. El capital y su gobierno, el de Calderón Hinojosa, con la colabo -

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