Número 9
11 oler las flores. /Estamos seguros que Dios así lo quie - re/ y vamos a conseguir las ocho horas/ (…) Ocho ho - ras para lo que nos dé la gana”. 1 La conmemoración del 1° de mayo se ubica en el plano político en torno a la contradicción entre tiempo laboral exclusivo y el tiempo de descanso. Los socialistas y otras corrientes reformistas, antes de su reconocimiento como día libre , lo celebraron a tra- vés de veladas nocturnas de carácter festivo-propa - gandístico, en tanto que las corrientes anarquistas y sindicalistas revolucionarias ubicaron su celebración 1 Foner, Phillip S., “Los orígenes del primero de mayo (EE. UU.)” , EN El primer 1º de mayo en el mundo, de AMCEHSMO, México, tomo I, 1983, p. 277 al interior mismo de la jornada de trabajo, subvirtién - dola vía la práctica huelguística frente a los patrones y en confrontación directa con el Estado. El 1° de mayo de 1886 en las ciudades norteame - ricanas, la Federación Americana del Trabajo inició una gran jornada huelguística con el objetivo de con - quistar el establecimiento de la jornada de las ocho horas de labor. En la Convención de 1884, la Fede - ración ya había aprobado esta demanda como una reivindicación prioritaria para la clase trabajadora. Dos años más tarde el lema de la acción huelguística rezaba “Ocho horas de trabajo, ocho horas de des - canso y ocho horas para lo que nos dé la gana.” Unos trescientos mil trabajadores de unos once mil centros de trabajo de todo el país respaldaron la Marcha en Bolivia. Foto de Agencia EFE
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