Número 8

30 nen los nombres y las fechas escritos con algún palo, mientras la mezcla estaba fresca. “Ahora disfrutarás del cielo, angelita nuestra”. La hierba amarilla refleja este sol poderoso y devastador que cae a plomo de un cielo despejadísimo. Los lentes oscuros se me atoran en su parte in - ferior y eso está bien: detienen el flujo que com - parto con las señoras de delantal a cuadritos. “No mijita, tú no te vas, ¿ora que hacemos?”. Quisieran entrar al ataúd con la niña. No caben. La tumba ha sido abierta antes de nuestra llegada y espera. Los cempasúchiles y los ramos de albahacar ya se van juntando al lado de la fosa. El polvo de la tierra se eleva, llevado por un aire que pega de lleno en el cuerpo y el rostro de dos de los hombres, pero ellos, sin su sombrero y con su silencio, están en otro lado, porque no se inmutan: miran ese hueco en la tierra como ausentes, mientras el polvo se les echa encima, salido del ávido hueco que recibe las paladas. Ese agujero que compartimos. Ese agujero que se traga lo que pudo ser. tio. Tienes que abrazar al ataúd aunque lo llevemos dos. Yendo como voy adelante, no camino tan de - recho como quisiera y para colmo hay topes. Hay topes. No entiendo por qué en esa calle hay topes, pero menos entiendo en ese momento cómo es que estamos aquí haciendo algo que no debiéramos de estar haciendo. Pero se me quiere deslizar otra vez el ataúd y la atención a no dejarlo caer no deja pie a consideraciones, ni el humo del copal, ni el ritmo de los rezos y del canto que presiden la marcha y acom - pañan la procesión que tiene un orden que escapa a mis sentidos. Edmundo ha ido por los cohetes y los va tirando atrás de todos nosotros. Los cirios delga - ditos y encendidos van junto a las flores de cempoa - suchil o los ramos de albahacar. La tierra está muy caliente. Las suelas de mis zapatos no logran atenuar ese calor. Las cruces de madera, agrietadas, dispersas, unas en pie, otras tendidas, otras a pedazos, están repartidas por todo el predio. “Santa madre de las vírgenes, ruega por ella”. Las toscas placas de cemento de las lápidas tie - Ilustración tomada de x-rommie-x.deviantart.com

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