Número 5

38 de compadrazgo y las alianzas matrimoniales hori - zontales, sus lazos de cohesión social y reciprocidad. Habría que agregar a estas redes, las que suscitan las pequeñas tiendas de expendio de refrescos, ci - garros, dulces, etcétera, fuera de abrir ocasionales puentes de interacción con los colonos, que rebasan los marcos de esta pequeña economía mercantil. Los lazos de parentesco unen por lo general a estos po - bladores, con sus matrices familiares asentadas en la cabecera municipal, los cuales cultivan y refrendan sus lealtades de origen, aunque ellos carezcan ya de derechos sobre la tierra o la propiedad urbana. Sin embargo, en estos años ya se ha cribado una nueva generación de huitzileños nacidos y crecidos en la hiterland de los fraccionamientos campestres, que se sienten portadores de una nueva aunque am- bivalente identidad local. Cuentan con una escuelita primaria ya consolidada, luego de una tenaz lucha contra la oposición de las Asociaciones de Colonos, las cuales le negaban el espacio y el suministro del agua. Marca también en sus vidas, su apoyo brinda - do para la edificación de una iglesia católica a la al - tura del Pedrín, a la cual concurren desde hace más de una década, y que había comenzado a atraer a un buen número de colonos de origen fuereño. Las fa - milias de huitzileños “de abajo”, participaban de una red informal festiva que los une a Huitzilac y Tres Ma - rías, a través de las corridas de toros (Tres Marías), peleas de gallos o partidos de fútbol soccer. Más que esta red, pesa la de carácter religioso. Las posadas decembrinas poseen una alta capacidad de convoca- toria, y se proyectan sobre un circuito que sigue las redes de compadrazgo y amistad, entre los distintos fraccionamientos. Los espacios deportivos y de culto no dejan tra - ducir algunos problemas entre los colonos fuereños y los nativos. Un eje de tensión y conflicto lo cons - tituyó el hecho de que los jóvenes huitzileños se apropiasen de un espacio a la altura del kilómetro 63,500 para jugar fútbol, junto al fraccionamiento Real Monte Casino. Ante la amenaza de expulsión, el domingo 1 de febrero de 1987, los jóvenes depor - tistas y sus porras locales apedrearon algunas ca - sas de Real Monte Casino, y pintaron mentadas de madres en sus bardas. La valoración delictiva que hizo de este evento la Asociación de Usuarios, para pedir a las autoridades control policial, es en su exa - geración harto elocuente: “Ordenar que todos los domingos de las 11 a las 14 hrs (…) esté una patrulla para imponer el orden en la tumultuosa reunión que bajo el pretexto de ‘foot- ball’ se reúne y que sistemáticamente (semana tras semana) culmina en ‘borracheras’, ‘uso de drogas’, ‘tráfico de las mismas’; con las consecuentes escape - las y alteración del orden total en el Fraccionamiento Real del Monte Casino”. 41 A fines de 1994, llama la atención que otro gru - po de huitzileños comenzase a apostar por edificar una nueva iglesia a la altura de Monte Casino. En los hechos, se han confeccionado con grandes tablones, los asientos para los feligreses, un altar de madera y un santuario de paso. Este último acaso sea un refe - rente central para legitimar los flujos de peregrinos a la Villa o a Chalma, que deciden pasar la noche en improvisado aunque oportuno campamento. Este espacio inserto ya en el circuito de las peregrinacio - nes, acaso conlleve implícitamente, la renovación o ampliación de lealtades intercomunitarias. Quizás el hecho de que los huitzileños cuen - ten ya frente a ese fraccionamiento con un espa - cio festivo y un campo de fútbol soccer, los esté induciendo a forjar sin saberlo un nuevo polo de identidad comunitaria. Los adolescentes hijos de los colonos fuereños comparten con los nativos de su edad, dicho juego deportivo. Existen sin embar - go, tendencias centrífugas en el campo deportivo y religiosa. Algunas casas cuentan con sus propios campos deportivos: frontón, tenis, fútbol y bás - quetbol, reforzando las fronteras identitarias en - tre los de fuera y los de abajo . Por otro lado, la activa prédica de los Testigos de Jehová ha ganado posiciones entre los huitzileños y en menor me - 41 Asociación de Usuarios, carta al PJ del estado, 2/2/1987.

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