Número 1

17 a los moldes de la lucha de clases moderna y civiliza - da. Como Leopoldo Mármora afirmó, éste no es un fenómeno periférico dentro del marxismo: remite, en cambio, al seno mismo de su aparato conceptual y a ciertos aspectos históricos de su constitución. El pensamiento crítico debe comenzar por la revi - sión de aquellas interpretaciones teórico-políticas que han llevado en muchas ocasiones a la ruptura del blo- que nacional popular. Una de ellas ha estado relacio - nada precisamente con la escasa o nula comprensión y tratamiento de la cuestión étnico-nacional. Un análisis desde el etnomarxismo de las luchas antisistémicas en América Latina en las últimas dé - cadas destaca el papel de las resistencias y la cons - trucción de autonomías de los pueblos indígenas. En México, Guatemala, Panamá, Colombia, Bolivia, Ecuador, Chile y Perú, entre los países signados por esta presencia, los movimientos indígenas han sido protagonistas persistentes en la caída de gobiernos, defensa de territorios, recursos naturales y estra - tégicos, enfrentándose sistemáticamente a las po - líticas represivas de los Estados y a la rapacidad de las corporaciones transnacionales. De sus procesos autonómicos se han vislumbrado nuevas formas de gobierno participativo, renovadas convivencias po - líticas y propuestas para darle un nuevo contenido a la desgastada democracia institucionalizada. 23 Las organizaciones políticas de los pueblos indígenas han mostrado su continuidad, perseverancia, flexibilidad e imaginación frente a la burocratización y deterioro de esfuerzos organizativos en los ámbitos partidis - tas, sociales y gremiales. 24 Por ello, desde el año 2008 25 destacamos que en el Décimo Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros , que tuvo lugar en ese año en São Paulo, Brasil, durante el cual se adoptó una Re- solución en Solidaridad con los Pueblos de América Latina y del Caribe –que circuló profusamente por Internet–, en todo el texto referido, sólo una vez se menciona a los indígenas, y no como pueblos , cate - goría reservada al conjunto de la población de los países latinoamericanos, sino subsumidos como par - te de los “diversos sectores de trabajadores”, entre los que se encuentran jóvenes, mujeres y campesi - nos que protagonizan “la oposición y la resistencia frente al saqueo de las riquezas, la privatización, la corrupción, la depredación ambiental, entre otros graves problemas de la actualidad”. La omisión del papel relevante y específico de la lucha indígena se hace más notoria cuando en el do - cumento se destaca que es la primera vez que dicha reunión se lleva a cabo en nuestro subcontinente; y en esa omisión se saluda y felicita al conjunto de las Monumento en Managua, Nicaragua

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