Número 1
13 secuencias políticas del caso, ante lo cual “en directa oposición a su convicción personal original formu- lada en 1848, la liberación de la colonia (Irlanda) se convierte ahora en precondición de la revolución so- cial en la metrópoli.” 12 . El aporte de Lenin a la cuestión nacional --nutrido con los cuestionamientos y observaciones realizadas por el hindú Roy Manabendra 13 -- fue ligar el paradig- ma socialista con el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas, y haber articulado la lucha del proletariado “avanzado” con las luchas de libera - ción nacional de todos los pueblos “atrasados”, ha - ciéndolos converger en la perspectiva de una desea - da revolución mundial. En el nacimiento de la URSS, Lenin elaboró teóricamente y puso en práctica una política de respeto extremo de los derechos de las naciones, nacionalidades y minorías étnicas y nacio - nales que sufrían precisamente la opresión nacional. No obstante, Lenin no logró reconocer que la lu - cha nacional no culmina con la formación o estable- cimiento de un Estado políticamente independiente, e incluso en su clasificación de países con problemas nacionales, no incluyó a los de América Latina, por - que para él, una vez lograda la independencia políti - ca, el problema nacional quedaba resuelto. Ana Ma - ría Rivadeo, otra marxista argentina continuadora de las ideas de Mármora, sostiene que tampoco en Lenin “la cuestión nacional accede a desacoplarse de la burguesía y de la fase capitalista.” 14 En retrospectiva, debemos destacar que la cues - tión nacional se enriqueció con el debate vietnamita sobre sus regiones culturales tras la derrota esta- dounidense, pero también con los legados dejados por Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti para Italia y José Carlos Mariátegui para el Perú. A su vez, las re - lecturas del proceso de la Revolución mexicana, han permitido ubicar la etnicidad en esa dialéctica com - pleja entre lo regional y lo nacional que subsume las adscripciones de las entidades étnicas. 15 Ahora queda claro que no basta la autodeter - minación política de la nación y la igualdad jurídico- formal: es necesario asumir la constitución interna de la nación y su direccionalidad clasista, y tomar en cuenta que en esta etapa de transnacionalización del Estado, la independencia nacional se encuentra su - jeta a profundos cuestionamientos ya que la sobe - ranía política, económica y militar, capacidad funda - mental de la autodeterminación 16 , es restringida por las necesidades de la actual forma de reproducción del capital. Por ello, es necesaria la independencia en lo económico y es fundamental la democratiza - ción de la sociedad en el sentido de un ejercicio de la soberanía popular; esto es, el establecimiento de la hegemonía de las clases subalternas que otorgue esa direccionalidad democrática popular a la nación, así como el establecimiento efectivo de la pluralidad étnico-cultural a través de las autonomías. De ahí la necesidad de reformular una recons- trucción de la nación “desde abajo”, desde las clases José Carlos Mariátegui
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