2017

La Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Un monumento conmemorativo en Xochicalco, Morelos

INAH Morelos [1]

La Pirámide de las Serpientes Emplumadas fue conocida en Europa desde el siglo XIX, cuando el sacerdote Pedro Márquez, en 1804, publica en Italia su libro “Dos Monumentos de la Arquitectura Mexicana”, en que se refiere a los sitios arqueológicos de Tajín y Xochicalco. La publicación sobre Xochicalco está basada en las descripciones y los dibujos de Antonio Alzate y Ramírez (Molina 1991:33-36).

De esta manera se difunden en el viejo mundo dichos monumentos del centro de México y a partir de ello empiezan los viajeros a conocer las “antigüedades mexicanas” y es precisamente esta pirámide, la de Xochicalco  - que estaba a la vista -, la que llama tanto la atención. Estos visitantes escribieron gran cantidad de materiales con descripciones del monumento conmemorativo de Xochicalco, incluyendo dibujos, litografías e incluso fotografías e interpretaciones en que sugerían que habría tenido hasta cinco pisos (Fig. 1).

 
Fig. 1. Fotografía realizada por Pál Rosti (1857-1858); se encuentra en la Biblioteca  de Budapest en Hungría.

La pirámide tuvo una primera etapa constructiva, antes de ser el monumento del que hablaremos a continuación, consistente en un pequeño cuarto porticado de 10 x 11 metros; posteriormente se le hace una pequeña ampliación hacia el frente y después es tapado para construir la pirámide que marcó el sitio más importante de Xochicalco, al ser el eje del diseño de la ciudad.

La pirámide fue intervenida por el arqueólogo Leopoldo Batres en 1909-1910; él  restauró la estructura como la conocemos hoy en día e hizo un magnífico trabajo, considerando las piedras faltantes que se llevaron los hacendados para edificar sus haciendas y para instalar la maquinaria requerida en la fabricación de azúcar (Alzate, 1777), sin embargo, se pueden apreciar algunos errores en el trabajo de Batres, al colocar algunas piedras labradas en lugares equivocados, errores comprensibles dada la escasez de piedras de esas dimensiones. 

En este trabajo abordaremos los maravillosos labrados sobre sillares  ensamblados de basaltos y andesita con que fue hecho el edificio, unidos sin utilizar ningún tipo de argamasa. La construcción consta de un basamento con muros en talud, coronado por un paramento con cornisa y sobre él habría estado el templo, del que sólo queda una hilada de piedras en talud.

La Pirámide de las Serpientes Emplumadas como monumento conmemorativo, se encuentra en la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos a tan sólo 32 kilómetros de su ciudad capital, Cuernavaca.

Principiemos con la lectura de este monumento, empleando el sistema de registro mesoamericano del Altiplano Central, que es una semi-escritura de tipo jeroglífico, cuyos grafemas son representaciones de objetos fácilmente reconocibles,  pero con normas conceptuales que están dictadas por la propia cultura. Estas normas son estilizaciones  en el sentido de simplificar algunos aspectos de los objetos representados y por otra parte, la exageración de otros para hacerlos inconfundibles (Manrique, 1983).

En época prehispánica se llevaban registros de lo que acontecía en la vida de las poblaciones y se les plasmaba tanto en piedra, como en pintura mural y en los llamados códices, que eran libros plegados hechos tanto en piel como en papel. Ya en época de la Colonia eran confeccionados en lienzos de lino o algodón. Estos documentos fueron estudiados y descritos tanto por Motolinia como por Alva Ixtlilxochitl, quienes fueron los primeros interesados en el estudio de estos documentos y nos relatan la gran cantidad que había y la gran cantidad de temas que abordaban: de linderos, de leyes, mapas, genealógicos, de rituales y ceremonias entre otros. Eran elaborados por especialistas llamados tlacuilos (escribas) y la lectura también la hacían especialistas, ya que los escritos sólo eran un apunte de lo sucedido, así que la narración dependía de lo que el lector recordaba o sabía del evento (Motolinia, 1940:4 y Alva Ixtlilóchitl, 1975:527).

Trataremos de leer este texto que nos proporcionan los exquisitos labrados que decoran la pirámide, descifrando cada jeroglífico, ya que los narradores de la época prehispánica los hubieran leído en conjunto.

En el talud de la pirámide en los lados este, sur y norte hay seis serpientes emplumadas, separadas entre sí por entrelaces. Estas serpientes nos están diciendo que bajo la protección de la Serpiente Emplumada sucedieron algunos eventos, que se irán mencionando a lo largo del texto.

En las esquinas del monumento principian las grandes cabezas del reptil coronadas de plumas, así como emplumado todo el cuerpo y rematando la cola con un crótalo y un ramo de largas plumas. Su cuerpo es ondulante y tachonado de caracoles. (Fig. 2).


Fig. 2. Talud norte de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas

En el primer y segundo meandro está un hombre sentado en un pequeño cojín (Fig. 3); su cabeza está deformada - con deformación tabular erecta, muy de moda en esta época -, tiene las piernas cruzadas y por indumentaria porta su braguero, un collar de cuentas, arracadas con cuenta y un gran tocado de cabeza de reptil con largas plumas. Al frente de la cara del señor de Xochicalco está el signo de la palabra calificado con plumas y que se debe leer como un discurso precioso.


Fig. 3 Señor de Xochicalco


Fig. 4 Fuego nuevo 9 ojo de reptil

En el tercer meandro se encuentra la fecha “9 ojo de reptil”, adornada con volutas de humo (Fig. 4); la fecha está escrita con una barra que equivale a 5 y cuatro puntos, dando un numeral 9; el signo ojo de reptil fue bautizado con ese nombre por el investigador  H. Beyer (1922:554); Caso (1963:53-54) lo identifica para el calendario mexica como el signo viento, mientras que Angulo, en 1963, interpreta el signo como la estilización de una mariposa. A su vez, las volutas de humo que rodean al glifo se interpretan como el signo del fuego nuevo (ciclo de 52 años).

Las Serpientes Emplumadas del frente de la pirámide  son iguales a las seis anteriormente descritas, pero se encuentran enmarcando dos de los acontecimientos importantes del monumento.


Fig 5. Ajuste calendárico

En el frontal de la izquierda (Fig. 5) y leyendo de derecha a izquierda, se ve el signo del año “6 caña” (el cartucho tiene en el marco un asa que significa atado de días); continua un cuadrete con una cabeza de mono que presenta en sus márgenes derecho y superior once círculos, los cuales hacen referencia a un día “11 mono”. El mono está amarrado con una cuerda, jalada por una mano hacia el glifo “9 o 10 casa” - la presencia del numeral 9 o 10 en la fecha casa, hace referencia a que no recordaban con exactitud la fecha - y detrás de éste se observa otra mano, apoyada en un cuadrete que tiene un círculo. A esto se le ha interpretado como un ajuste calendárico (Palacios, 1947).

Al frente de la pirámide, pero del lado derecho y leyendo de derecha a izquierda, se ve el glifo de un círculo coronado por el signo de año, y en seguida, un hombre sedente con ropaje sencillo que no tiene cabeza - porque en el cuerpo labrado se encuentra la caja donde embonaba la espiga de la cabeza perdida- portando la bolsa de sacerdote (Fig. 6).

Su nombre es “2 movimiento” y su sobrenombre se debe a que está representado como un hombre cargando medio juego de pelota, “Cargador del Universo” - por ser en el juego de pelota donde los astros juegan, y a veces pierden y otras ganan -. Entre el personaje y su nombre hay una fecha que es el año “10 rayo solar”, equivalente al día pedernal del calendario azteca, según Caso (1962:57), seguido del día “9 ojo de reptil”, que probablemente se refiere a la inauguración de la pirámide o a la fecha en que se manda construir. Este personaje es mencionado en otros monolitos, por lo que debió ser un gobernante muy importante de Xochicalco.


Fig. 6. El Señor 2 movimiento Cargador del Universo, inaugurando o mandándola construir la Pirámide de las Serpientes Emplumadas.

En la semi-escritura nahua, el indicador del orden de lectura lo marca la mirada de las figuras, por lo que, continuando en la parte posterior de la pirámide, la lectura se hace hacia el lado derecho y hacia el lado izquierdo, es decir, en ambas direcciones al llegar a las esquinas, donde se da vuelta y se continua siguiendo las caras de los personajes.

Los sacerdotes y sus topónimos, que se encontraban en todo el paramento, debieron ser 28 representantes, lo que se asevera considerando el tamaño de los rectángulos y calculando los que pueden caber en todo el paramento. 

El paramento del lado Este o posterior del edificio, está dividido en ocho rectángulos, donde cada uno tiene – o tuvo, en el caso de los faltantes - un sacerdote sedente con las piernas cruzadas, sosteniendo un incensario, y los acompaña un signo de día con su numeral y sobre éste se encuentra un topónimo que alude al pueblo de donde viene dicho personaje. Actualmente quedan algunos rectángulos en los que no se identifica la ubicación del pueblo de donde provienen.

A continuación se describen los sacerdotes sedentes como aparecen,  partiendo del centro de la parte posterior hacia la derecha. El primer sacerdote está acompañado del día “5 y glifo no identificado” (los glifos a los que les damos el calificativo de “no identificado” se refieren a signos calendáricos que no aparecen en el periodo posclásico, es decir en el calendario azteca) y sobre éste, un topónimo que representa una mano o garra (Fig. 7). El siguiente sacerdote tiene el día “6  y glifo no identificado“, semejante al glifo movimiento del cual puede ser una variante y sobre él unas manos cerradas que se tocan entre ellas por los nudillos, en las muñecas tienen cintas que cuelgan y entre las manos hay un frijol (Fig. 8). Los dos siguientes rectángulos no existen.


Figs. 7 y 8. A la izquierda, glifo 5 no identificado, locativo mano o garra; a la derecha, glifo 6, posible variante de movimiento donde tienen frijoles.

Hacia el lado izquierdo, se repite el mismo sacerdote, pero la fecha es “13 mono“. El topónimo sobre el brasero está representado por  unas volutas incompletas no identificables (Fig. 9). El siguiente sacerdote tiene la fecha “3 caña”, y su locativo es un ídolo femenino que lleva quechquemitl - tela triangular que se ponen las mujeres en la parte superior del cuerpo - acompañado de unas plumas (Fig. 10).


Figs. 9 y 10. A la izquierda, 13 mono, topónimo no identificado. A la derecha, 3 caña, ídolo femenino con pluma.

El siguiente rectángulo, suponemos que no está en su lugar porque coincide con los del lado sur y norte de la pirámide, ya que sus sacerdotes también llevan la bolsa alargada, el signo del habla, el glifo de eclipse y encima de éste, el topónimo con la representación de la parte trasera de un mamífero y su cola (Fig. 11). Lo curioso de este rectángulo es que ya aparecía de este lado de la pirámide en una de las fotografías de Pál Rosti de 1857, lo que nos hace dudar sobre la veracidad de nuestra propuesta, ya que no hay reportes de intervenciones antes de la fecha de la fotografía, así que, no obstante nuestra observación, podríamos asumir que la posición del bloque es la original. En el último cuadrete sólo está un fragmento de sacerdote.


Fig. 11. El topónimo con las ancas traseras de un animal y su cola.

Continuando la lectura en el lado norte de la pirámide, en el paramento superior hay una serie de rectángulos en los que se ve un personaje sedente con las piernas cruzada que tiene la vírgula de la palabra, porta un bolsa alargada propia de un sacerdote, un tocado con el signo de año con plumas y frente a él hay un  topónimo de su lugar de origen y, abajo de éste, una boca abierta que se quiere tragar un círculo dividido en cuadrantes, que simboliza un eclipse que se vio en Xochicalco en el año 664 d.C.  (http://eclipse.gsfc.nasa.gov/SEsearch/SEsearchmap.php?Ecl=06640501) .

Describiremos los topónimos de cada rectángulo, aunque se desconoce hasta el momento la ubicación geográfica del pueblo de donde vinieron a presenciar el eclipse.  Empezaremos por el mismo lugar por donde iniciamos la lectura, en la esquina noreste. El primer rectángulo no tiene al sacerdote, pero su topónimo consiste en una bola de plumón, madeja de hilo o de hojas en un cesto y un bastón (Fig. 12); el siguiente no existe; continua otro con un brazo arrojando una lanza (Fig. 13); el que sigue es un animal con cresta, posiblemente un camaleón (Fig. 14); a continuación, un coyote con una pluma que le recorre de la oreja a la nariz (Fig. 15).


Figs. 12 y 13. A la izquierda,  lugar de los que tienen bolas de hilo o plumón o hojas en cestos. A la derecha, lugar de los que lanzan flechas.


Figs. 14 y 15. A la izquierda, lugar donde hay posibles camaleones. A la derecha, lugar de los que tienen coyotes emplumados.

 

El siguiente consiste en las extremidades inferiores de una persona, calzadas con sandalias (huaraches) que cruzan un río (Fig. 16). Continua un elemento que es algo que escurre, pero la ausencia de color hace imposible su identificación (Fig. 17).


Figs. 16 y 17.  Ala izquierda, lugar donde se cruza el río.  A la derecha, lugar donde escurre ?.

En el penúltimo topónimo podemos observar una guía vegetal con una flor (Fig. 18), mientras que en el último, están grabados los miembros inferiores de una persona calzados con huaraches sobre aves (Fig. 19).


Figs. 18 y 19. A la izquierda,  lugar de lianas floridas. A la derecha, lugar donde se camina sobre aves.

En el paramento sur, hay muy pocos elementos que describir. Desde luego, el de la esquina suroeste no corresponde a ese lugar, posiblemente sea parte del paramento, pero del templo, ya que la piedra es de esquina recta. En el resto de este paramento sur, hay cuatro sacerdotes precedidos por el signo del eclipse; sólo el cuarto tiene topónimo y consiste en un conejo parado en sus cuartos trasero con un posible bastón (?) (Fig. 20).


Fig. 20. Lugar de los que tienen o crían conejos.

En el paramento frontal izquierdo de la pirámide, continúan los sacerdotes, el glifo del eclipse, pero no se identifican los topónimos. Y en el derecho, sólo hay una piedra labrada en la esquina que debió ser de algún otro lugar de la pirámide, posiblemente del templo.

En el frontal del templo tenemos, del lado izquierdo, un coyote, un objeto extraño, un guerrero y la fecha fuego nuevo 10 caña (Fig. 21); en tanto que, en el lado derecho, tenemos un árbol con una gran raíz, un guerrero y la fecha fuego nuevo 8 caña (Fig. 22).


Fig. 21. Frontal izquierdo del templo. Dibujo de Silvia Garza Tarazona.


Fig. 22. Frontal derecho del templo.

En las jambas o laterales de la entrada al templo se encuentra dos hombres de pie ataviados con bragueros, huaraches y una cinta debajo de la rodilla, que usaban los jugadores para hincarse durante el juego de pelota. Junto al de la jamba izquierda, hay un coyote, un petate y una vasija con hierbas (Fig. 23), mientras que el de la jamba derecha, está acompañado de una pequeña deidad femenina - por la nariguera que porta, pareciera una deidad del pulque - y tres conos con espuma(Fig. 24)                                             .


Figs.23 y 24. A la izquierda, Jamba izquierda del templo.  A la derecha Jamba derecha del Templo

En el muro del templo que coronaba la pirámide queda una sola escena que nos presenta a una mujer guerrera con su lanza, de la espalda media le cuelga un coyote y frente a ella, un guerrero sedente con tres flechas, escudo cuadrado, bastón de mando en la mano izquierda y una fecha 7 caña (Garza, 2016).


Fig 25. Escena de los guerreros alistándose para cumplir con su obligación.

Del resto del muro del templo, solo quedan algunas piedras labradas en las que se pueden observar varios guerreros asociados a águilas y felinos, probablemente sea el principio de lo que los aztecas llamarían caballeros águila y tigre.


Figs. 26 y 27. A la izquierda, guerrero con prisionero. A la derecha, fragmento de guerrero.


Figs. 28 y 29. A la izquierda, cabeza, bastón y vírgula de la palabra.  A la derecha, fragmento de guerrero y águila.


Figs. 30 y 31. A la izquierda, águila piando y gorro de guerrero. A la derecha, fragmento de guerrero.


Fig. 32. Felino asociado a los guerreros.

Las fechas de ciclos son fácilmente identificables  en cuanto al nombre: caña, cipactli  y casa, pero en cuanto al numeral no estamos seguros si está completo ya que se pueden observar faltantes en el labrado final.


Fig. 33 y 34. A la izquierda, ciclo 7 (?) Cipactli. A la derecha, ciclo 2 (?) caña.


Fig. 35. Ciclo 2? casa

También hay un glifo que aparece en Teotihuacan y en Cacaxtla que es un ojo emplumado (Fig. 36)..


Figs. 36. A la izquierda, Ojo emplumado en Xochicalco.  A la derecha, Ojo emplumado de Cacaxtla, Tlaxcala

 

 Por último,  hay dos topónimos, uno en las esquina sureste, que consiste en un río y dentro está la cabeza de un mujer (identificada por su peinado) y en la esquina noreste otro que es un hombre pequeño.


Figs. 37 y 38.  A la izquierda,  Lugar del río de las mujeres. A la derecha, Lugar del hombre pequeño.

Las alfardas de la pirámide tienen labradas las escamas ventrales de las serpientes; probablemente la cabeza de ofidio estaba en la parte superior y en la inferior los crótalos.

En los laterales de la alfarda se encuentra un gran guerrero sedente sobre lo que pudiera ser un gran banco con soporte  (Smith, 2000:), con su escudo cuadrado con plumas y todo ello sobre un campo cultivado (Fig. 39).


Fig. 39. Lateral de la alfarda con un guerrero sentado en un banco sobre un campo cultivado.

 

Conclusiones

Los eventos relevantes que narra el monumento son: a) el ajuste calendárico y el nuevo festejo del fuego nuevo en la fecha “9 ojo de reptil”, apoyado con el discurso del Señor de Xochicalco; b) la presencia de los 28 sacerdotes conocedores del manejo del tiempo,  que acudieron a observar el eclipse del año 664 en representación de sus pueblos, y c) por último, la enumeración de sus hazañas bélicas.

 

Bibliografía

Alva Ixtlilóchitl, Fernando

1975  “Historia de la nación chichimeca”, en Obras Completas por Edmundo O’Gorman, UNAM México. 

 

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Manrique, Leonardo

1988 “Ubicación de los documentos pictográficos de tradición náhuatl un una tipología de sistemas de registro y escritura.”, Memorias del Primer Coloquio de Documentos Pictográficos de Tradición Náhuatl, Serie de Cultura Náhuatl, México, Instituto de Investigaciones Históricas – UNAM, pp. 159-170

Molina Montes, Augusto

1991 “La historiografía de Xochicalco.” Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana Núm 15, Seminario de Arquitectura Prehispánica. Centro de Investigaciones en Arquitectura y Urbanismo. Facultad de Arquitectura. UNAM, México.

Motolinia, Toribio

1989  El libro perdido. Ensayo de reconstrucción de la obra histórica extraviada de Fray Toribio, Dirección de Edmundo O’Gorman, Universidad Iberoamericana -CONACULTA, México, p. 648.

 

Palacios, Juan

1947 “Las fechas de Xochicalco de la Piedra del Sol y del Códice Vaticano A”. Biblioteca “Pulcherrrima Americae gemmarum”, Vol. 2, México, D.F.  p. 14.

 

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1993 “Dos elementos iconográficos Teotihuacanos asociados al ritual del pulque, en la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco, Morelos”. Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana. Núm. 24 , Centro de investigaciones en Arquitectura y Urbanismo. Seminario de Arquitectura Prehispánica. UNAM,  México, pp. 29-37.

 

Smith, Virginia

2000   “The iconography of power at Xochicalco. The pyramid of the plumed serpents” . En: Kenneth Hirth (Coord.), Ancient urbanism at Xochicalco. The evolution and organization of a Pre-Hispanic society, Vol II: The University of Utah Press, Salt Lake City, EEUU, pp. 57-82.

 

[1]  Nota: a reserva de aquellas en que se refiere la autoría al pie, todas las fotografías fueron tomadas por Mauricio Valencia Escalante.